«Nos ocupamos del mar y tenemos dividida la tarea,
ella cuida de las olas, yo vigilo la marea.
Es cansado, por eso al llegar la noche
ella descansa a mi lado, mis ojos en su costado.»
(Este primer párrafo pertenece a la canción «Nos ocupamos del Mar» de La Mandrágora.
El resto no.)
También nos ocupamos de la vida y de ser siempre buenos,
ella prepara la mesa, yo cocino el cordero.
Es cansado, por eso al llegar la noche
ella me besa despacio y se acuesta a mi lado.
Yo me ocupo de ella, que no sufra, que esté siempre acompañada
y ella me regala sus risas, sus enfados, su mirada.
Ella se ocupa de mí, que no me pierda, que encuentre la calma
y yo le regalo mis sueños, mis olvidos, mis manazas.
Nos ocupamos de todo lo importante
ella recuerda el destino, yo manejo el volante.
Y es cansado, por eso al llegar la noche
ella descansa a mi lado, mis manos en su costado.