Tengo el placer de presentaros mi segundo libro. Se llama ZEM y es un libro de ciencia-ficción con aventuras para jóvenes y adultos.
Un libro de ciencia-ficción con extraterrestres, teletransporte, viajes espaciales y sociedades utópicas.
«Aquel día, cuando Jorge se levantó de la cama demasiado temprano, no sabía que su vida cambiaría para siempre. No sabía que conocería a un extraterrestre, que aprendería a teletransportarse o que viajaría por planetas en galaxias remotas negociando con seres de diversas especies. Aquella mañana aún no sabía nada.
Pronto lo descubriría y aprendería, a su pesar, que nada es lo que parece.»
Cada uno tiene sus paranoias, a mí me gusta el teletransporte
Hay personas que, cuando les preguntan qué poder o qué les gustaría que se inventara, contestan que les gustaría poder volar. A mí no se me ha perdido nada por los cielos por lo que siempre respondo que me gustaría poder teletransportarme. Ir a cualquier sitio de forma instantánea me parece lo mejor que puede haber. Imagino que los que sueñan con poder volar no lo desean solo por notar los vientos elíseos revoloteando sus cabellos mientras surcan las nubes sino también para poder desplazarse rápido a los sitios. ¿Pero quién elige rápido cuando puede elegir INMEDIATO?
El teletransporte debe ser estupendo. Puedes vivir en cualquier sitio e ir a trabajar sin atascos. O trabajar desde casa y solo desplazarte para las reuniones. ¿Para qué necesitas teléfono si puedes plantarte delante de cualquier persona y hablar con ella en ese momento? Sin hablar de la contaminación o el tiempo que ahorrarías en tu vida para dedicarlo a cosas mejores (todavía recuerdo los viajes de 8 horas cuando era pequeña y salíamos hacia la playa en esa carretera de un solo carril el día 1 de agosto…).
Pero algo tan bueno tiene que tener, seguro, algún punto negativo. Lo de destruir al individuo en origen y crearlo en destino ya demostró sus peligros en «La Mosca» y otras novelas han explorado este tema. También a nivel social, la forma de vida de una sociedad acostumbrada al teletrasporte debe tener muchos cambios respecto a la nuestra actual que, si no se llevan bien, generarían multitud de problemas.
ZEM es un libro de ciencia-ficción que habla de teletransporte. Es un personaje más en la novela aunque no el principal: hay también vida en otros planetas, normas sociales, comportamientos distintos y seres con sistemas nerviosos distintos a los que hay que intentar comprender ahondando en el origen de sus motivaciones. Este libro habla de una familia que es visitada por un extraterrestre y del viaje que emprenden por el Universo descubriendo nuevas formas de vida y cambiando la suya para siempre.
5 cosas que me gustan de un Libro de Ciencia-Ficción
- Qué pasen muchas cosas: debe haber aventura y acción.
- Qué se planteen escenarios del tipo «¿qué pasaría si…?» (o «what if» en inglés, como en los comics de Spider-man) en los que nos paremos a pensar cómo cambiarían las cosas si ocurriera o se descubriera algo.
- Que los descubrimientos científicos o las novedades que se estén planteando (en el futuro, en la sociedad que se describe, etc) tengan sentido. Considero insultante lo de vencer a los extraterrestres enviando un virus informáticos al sistema operativo misterioso de los ordenadores de su nave de «Independence Day»…
- Que haya una vertiente filosófica, algo un poco más allá de la acción y que nos deje entender el trasfondo de los personajes. La ciencia-ficción tiene que tener un poco de «comida de olla» para mi gusto.
- Que haya algún misterio, alguna intriga, alguna sorpresa que no sea predecible, de esas de spoiler-alert. Para estos dos últimos puntos me quedo con el gran ejemplo de «El juego de Ender».
Y como son las cosas que me gustan, he tratado de incluirlas todas en este libro 🙂
Espero que te guste. Si lo lees, me encantaría conocer tu opinión en los comentarios de este post o en los de la página del libro en Amazon.
ZEM: CIENCIA-FICCIÓN A PARTIR DE 12 AÑOS
«Aquel día, cuando Jorge se levantó de la cama, no sabía que su vida cambiaría para siempre. No sabía que conocería a un extraterrestre, que aprendería a teletransportarse o que viajaría por planetas en galaxias remotas negociando con seres de otras especies.
Aquella mañana, aún no sabía nada. Pero pronto aprendería, muy a su pesar, que nada es lo que parece.»